Un estudio reciente ha suscitado preocupación por las repercusiones en la salud mental de los agonistas de los receptores GLP-1, fármacos utilizados habitualmente para perder peso y diseñados originalmente para controlar la diabetes de tipo 2. Medicamentos como Ozempic y Mounjaro contienen principios activos como la semaglutida y la tirzepatida, que ayudan a reducir la glucemia y favorecen la sensación de saciedad. Aunque son eficaces para controlar el peso, nuevas investigaciones sugieren que estos fármacos también pueden influir en factores genéticos relacionados con la depresión.
En el estudio participaron 24 investigadores de varios países, entre ellos Estados Unidos, Brasil, Irán e Israel. Se centraron en individuos con hipodopaminergia, un trastorno caracterizado por una menor actividad de la dopamina en el cerebro. La dopamina es un neurotransmisor clave que afecta al estado de ánimo, la motivación y los mecanismos de recompensa. Mediante análisis farmacogenómicos, el equipo examinó cómo los agonistas del receptor GLP-1 interactúan con genes relacionados con la señalización de la dopamina, como DRD3, BDNF y CREB1.
Los resultados indican que los agonistas de los receptores de GLP-1 pueden alterar la regulación de la dopamina en determinadas personas, sobre todo en las que ya padecen problemas relacionados con la dopamina. Esta alteración podría aumentar el riesgo de depresión, ansiedad y pensamientos suicidas. Las implicaciones de esta investigación son importantes, sobre todo para las personas con predisposiciones genéticas específicas.
El Dr. Kenneth Blum, autor principal del estudio, subrayó la importancia de proceder con cautela a la hora de prescribir estos medicamentos. Afirmó: "Instamos a la comunidad de prescriptores clínicos a proceder con cautela para evitar otra trágica oleada de 'personas que mueren para adelgazar'". Su coautor, el Dr. Mark S. Gold, recomendó además que los organismos reguladores, incluidas la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), consideren la posibilidad de actualizar las advertencias de seguridad de estos fármacos.
En respuesta a los crecientes informes sobre efectos secundarios psiquiátricos asociados a los agonistas del receptor GLP-1, la EMA ha iniciado una revisión del perfil de seguridad de estos medicamentos. Los autores del estudio abogan por un enfoque personalizado de la prescripción, que podría incluir pruebas genéticas para identificar a los pacientes con mayor riesgo de padecer problemas de salud mental.
A pesar de su eficacia para controlar el peso y los niveles de azúcar en sangre, los investigadores subrayan la necesidad de realizar evaluaciones periódicas de la salud mental de los pacientes que utilizan estos fármacos. Los resultados recuerdan la compleja relación entre la medicación y la salud mental, e instan a los profesionales sanitarios a vigilar el bienestar psicológico de los pacientes en tratamiento con agonistas de los receptores de GLP-1.